El elenco del Rucio de los Cuchillos juntos al actor nacional Alfredo Castro
Desaparecer es un término que nos amenaza: aún cuando como justificativo se utilicen argumentos que digan que nada desaparece cuando ha habido existencia feliz, plena, motivadora y formadora.
Y hace tiempo que me ronda esta amenaza; pero, para los que conocen nuestra trayectoria, no me refiero solamente al “TENOR”, sino que me refiero, fundamentalmente, al teatro-teatro. Donde los personajes no se hablen entre sí, no se, miren a los ojos, en donde se baila, se grita, se vuela por los aires y hay que hacer un esfuerzo sobrehumano para saber qué cresta está pasando en el escenario. Pienso, sin embargo, que el teatro-imagen-sonido-acrobacia (“vanguardia”, le dicen) tiene que existir, si no qué haríamos con tanto loco-lindo que hay en este mundo. Ojalá esa búsqueda ayude a nutrir el teatro-teatro.
Y la última vez que estuve en Santiago, viendo teatro por supuesto, llegué a Iquique asustado. Y me propuse firmemente mantener la línea del TENOR en el teatro tradicional.
Y hoy, aferrado a un “Rivano” –otro mosquetero del teatro-teatro- y a un grupo de gente del TENOR que quiso estar conmigo; iniciamos como grupo independiente, un nuevo ciclo en nuestra vida teatral; haciéndole una cachaña doble a la amenaza de desaparecer.
Escrito por Guillermo Jorquera en el programa de la obra.