Las pildoritas mágicas de la bisabuela

Diario “La Estrella de Iquique”, domingo 28 de marzo de 1977

EL TEATRO INFANTIL ESTA VIVO
Por M. I. B. Periodista


Las Pildoritas Mágicas de la Bisabuela, demuestran que el teatro infantil en Iquique está vivito y coleando. A veces no sabíamos mirar al pequeño escenario, u observar las anhelantes caritas que sin pestañar seguían las aventuras y desventuras de los habitantes del bosque ideal.

Guillermo Ward, el autor, es un joven profesor primario que agrega una nueva dimensión a su carrera, creando buen teatro para sus alumnos. Tiene talento, de modo que no dudamos que proseguirá con éxito en esta veta creadora. Como también es actor, caracterizó a La Mancha que todo lo ensucia.

En menos de dos horas, animales habitualmente enemigos y conceptos como una Mancha convivieron con armonía y nosotros no nos extrañamos que estos hablasen y reaccionasen como los humanos. Los actores adultos lograron que los niños se identificasen con sus personajes, tanto es así, que al final de la función la mayoría pasó a despedirse de ellos y se pasearon a su gusto por el escenario. Rosa María Pozo, como Doña Leona, Blanca Romero (Doña Paloma) y Carlos Villagra (Rey Ratón) dieron vida a sus personajes con gran fidelidad. El Michifuz de Jaime Bonelli, actor fogueado con un completo dominio de la voz fue excelente. Pero quisiéramos también destacar a Tommy Rojas, que como Conejín tuvo no sólo que hablar y cantar, sino que además zapatear, y logró conquistar la adhesión de su diminuto auditorio.


Trajes, pelucas, orejas, castillo y bosque florido son una fiesta para la vista. Son alegres, de buen gusto, profesionalmente ejecutados. Contribuyeron igualmente a darle ambiente a la obra, el utilero Carlos Figueroa, Teresa Lizardi con su agradable música incidental; Jaime Bustamante con sus preciosos trajes y la simpática música de las canciones, Luis Astorga que creó la iluminación y los asistentes Lucho Aguirre y Jorge Miranda.